Para quienes me solicitaron el texto de la intervención realizada respondiendo a la invitación de los organizadores del Ciclo "Filosofía y Arte" que se está realizando en la ciudad de Azul...¡Gracias !!
"Permítanme dedicar esta intervención a mis padres – Oscar e Isabel - y a mi maestra de primer grado la Srta. Ivonne Lettry, quienes me enseñaron a leer.
Cuando la Profesora María Eugenia, hace ya casi un año, - en esas conversaciones de galería que tenemos los docentes, en las que intercambiamos un saludo rápido entre una hora y otra de clase -, me comentó el proyecto que comenzaba a poner en marcha con los colegas Daniel y Diego, el corazón se me llenó de gozo y esperanza…
La Escuela de Bellas Artes de Azul, una vez mas en su rica historia, se convertía en el seno en el que comenzaba a gestarse un tiempo y espacio abierto a la Vida, sobreponiéndose así a las marcas que la violencia y la muerte del siglo XX, dejaron a su paso por nuestras tierras.
Y así, en el Año de la Vida, se ha dado a luz este ciclo, que esperemos que los azuleños cuidemos, para que crezca en edad, en gracia y en sabiduría. Los artistas suelen tener ese sentido anticipatorio de comunicación de lo que vendrá y nos lo hacen saber en obras, de allí que la política también sea un arte…
Cuando somos CON – VOCADOS gratuitamente a la Vida (¡que linda palabra: convocados!, llamados por otros, las voces de los otros y del totalmente Otro nos vocan) comenzamos a andar, nos ponen en El Camino de la Vida. Seguimos cada día siendo convocados para responder con generosidad a las invitaciones vitales. Así respondieron Darío, Mariela y Jaime, que nos hicieron vivir un primer encuentro inolvidable, en este ciclo. Y hoy María Pía y Américo, nos honran con su presencia y seguramente han de lograr comunicar a uds. aquello para lo que han tenido a bien llegarse hasta aquí.
Así que gracias a la Esc de Bellas Artes por invitarme y porque cada vez que trabajé en sus aulas me encontré con personas a las que mueve el amor que nace del conocimiento, y desde el asombro creativo se expresan en obras de arte.
De mi parte, solo vengo a abrir las puertas de mi corazón unos minutos, para dejar que salgan algunas reflexiones y preguntas sobre estas mujeres – si me permiten la imagen – que andan recorriendo los senderos de la Historia y, algunos que las siguen, llegan con ellas al hogar de la Verdad y la Belleza.
Yo no conozco mucho de mujeres, y menos aún de las Filosofías y las Letras, pero en tanto y en cuanto he sido creado y criado, con el natural deseo de saber de ellas no dejo de andar en su búsqueda… Así que – apelando a su sentido del humor – compartiré con uds. algunas preguntas y reflexiones que se hace un amante…de las Filosofías y las Letras…
Mas, Ciudad Cervantina al fin,Hugo, “…se breve en tus razonamientos que ninguno hay gustoso si es largo…”
Invitado a pensar en ese encuentro que se produce en el tiempo entre las Filosofías y las Letras, pienso en la precedencia del filosofar con relación a las letras, pero todas ellas precedidas por el silencio de la contemplación y la música de la creación. Quienes estuvieron en el primer encuentro algo de ese silencio y de ésa música habrán escuchado, visto y oído. “¡Música y silencio! ¡Cómo detesto ambos!” pone el escritor Lewis en la pluma de aquel diablo que le escribe cartas a su sobrino para adiestrarle en el trato con nosotros los humanos…
Pero si la génesis del encuentro fue así, sabemos que “…mas fuerza tiene el tiempo para deshacer y mudar las cosas que las humanas voluntades…”, y desde aquel inicio hasta nuestros días, las Filosofías y las Letras manifiestan en su relación todas las posibles relaciones humanas. Esas relaciones son estructurantes de nuestro modo específico de existir y de ser y constituyen – junto a otras manifestaciones - lo que llamamos cultura.
En este sentido me ubico culturalmente como lector y me pregunto: ¿en que se basan, se sustentan, esas relaciones entre las Filosofías y las Letras? ; ¿cuál de esas relaciones privilegio al elegir como lector una obra? ; ¿Cuáles son los criterios que me guían en la selección de una obra, para mi o para regalar o si soy docente para mis estudiantes o si soy padre para mis hijos? ; ¿elijo por placer? ; ¿por utilidad? ; ¿por poder? ; ¿elijo por odio o elijo acercarme y/o proponer una obra por amor? ; ¿Cuáles de las obras que leo, elijo; o son elecciones que otros hacen o han hecho por mi? ; ¿elijo desde el CORAZÓN QUE VE? o ¿prima en mi una ceguera ética que le impide a la razón práctica iluminar el campo concreto de mi elección y deja prevalecer las relaciones de intereses mezquinos, las luchas egoístas por el poder que impiden reconocer lo que es justo y bueno leer?; ¿elijo de forma independiente o elijo colonialmente? …
Éstas y otras preguntas me surgen como lector; pero no teman que no intentaré responderlas todas…
Sólo haré una reflexión respecto de ésta última. ¿Elijo leer de forma independiente o colonialmente? Es una buena pregunta para pensar ya próximos a la celebración de nuestra Independencia.
La experiencia histórica de ser colonizados, no sólo nos significó – y a veces significa aún - una especie de expropiación de tierras y riquezas materiales, sino de un patrimonio espiritual. Y estas formas de expropiación continúan adoleciendo – a mi juicio – de un compromiso de reparar las culpas, en lo que sea posible, por parte de los colonizadores y sus colaboradores colonizados (¿cipayos?). Mas allá de que parte integrante de nuestro territorio continúa, en pleno siglo XXI, invadido por la ambición e invasión colonialista, me parece que nos hace falta aún trabajar mucho mas para lograr nuestra Soberanía Cultural. ¿No será que también ésta requiere de una declaración; aunque mas no sea simbólica? Así si el siglo XIX fue el tiempo de nuestra declaración de independencia política; el siglo XX, de la declaración de la independencia económica; ¿no requerirá el siglo XXI de una Declaración de la Independencia Cultural que nos permita sentarnos a la mesa de las naciones en un grado de igualdad mayor? ¿No tienen las Filosofías y las Letras nuestras una tarea que realizar en este orden?
Encuentros como estos a mi me dan esperanzas en ese sentido. Si hasta soñé con Azul, como Ciudad Cervantina, como una buena sede para esa declaración, en continuidad de su elección como ciudad de la diversidad cultural para los festejos del Bicentenario. Porque quien se independiza, no tira a sus padres por la ventana o reniega de ellos, antes bien valora la herencia recibida y la acrecienta. Al Quijote lo hace Martín Fierro… por dar sólo un ejemplo…
¿Cuáles son algunas consecuencias en las Filosofías y las Letras de no lograr aún esa independencia? Son varias pero una nos puede servir de muestra. Cuando Descartes le termina de dar forma a la Vía Moderna se invirtió el modo de hacer filosofía, esta se deslizó hacia un pensamiento que piensa sus propios pensamientos, y pasó a ocuparse de los seres (de las cosas, si quieren), sólo en la medida en que son contenidos de conciencia y no en cuanto existentes fuera de ella: la mujer y el varón desde la modernidad se fueron quedando solos. Muchas de nuestras Filosofías y Letras han seguido este camino: son un pensamiento que piensa sus propios pensamientos. Y mas allá de la apertura que la Vía Moderna haya podido lograr hacia una reafirmación de la persona (que se desbarranca muchas veces en los individualismos, subjetivismos, y sus reacciones colectivistas, en diversas formas de relativismo, etc.); o hacia una revalorización de los derechos del hombre y de los pueblos, - mas allá de esos y otros aspectos positivos – la consecuencia final han sido las ideologías del mal que ensombrecieron el siglo XX y terminaron proclamando la muerte del hombre, que ahora mediante una reingeniería social, intenta rehacerse desde algunas expresiones de la tecnología o desde algunas expresiones pseudo científicas, teñidas de ideologías despersonalizantes.
Cuando las palabras se escinden – separan – dividen – de las cosas, las cosas terminan por someter al hombre, y hoy vivimos pendientes de ellas, llámense auto, celular, LCD; tableta inteligente; par de zapato o cartera… (la que se hace con el cocodrilo que se duerme, también)…
A veces parece que no hemos advertido aún de dónde venimos. El mal del siglo XX no fue un mal en edición de bolsillo, ha sido un mal en proporciones gigantescas, que ha usado las estructuras del Estado, para llevar a cabo sus funestos cometidos, un mal erigido en sistema...
Mas, donde crece el mal, crece también la esperanza del Bien…y el siglo XX también ha servido para ir allanando aún mas los senderos de la Historia por donde caminan las mujeres, también algunas Filosofías y Letras que aman la Vida. La mujer, que con su afirmación, con su SI, es quien abre las puertas de la Historia a la Vida (Yo por mi condición de cristiano pienso en una Mujer, la Madre de Cristo, el Señor de la Historia en estos momentos, pero uds. piensen en la mujer que deseen); la mujer, decía, comienza en el siglo XX a reafirmarse en su dignidad personal y, probablemente, el siglo XXI estará en sus Manos y en su Corazón.
Cuando comencé a pensar ésta relación entre las Filosofías y las Letras, la primera imagen que se me apareció fue la de una peregrinación de mujeres caminando juntas por la Historia. ¿Por qué? ¿No lo sé? (Los romanos tenían un dicho, “siempre se habla de lo que hace falta”; pero los censos entre nosotros desmienten cualquier interpretación en este sentido…). Podríamos recurrir aquí a los aportes de la lingüística, la semiótica, a la filosofía hermenéutica, tal vez, en fin a tantos aportes que el siglo XX nos ha brindado para la comprensión de lo que decimos, desde lo que no decimos y el contexto, texto y pretexto de lo que decimos… pero me alejaría del cometido propuesto, y tal vez los arrastraría a uds a una escucha aún mas tediosa de la que pueda ser ésta hasta ahora, y para un frío domingo de invierno al atardecer….
En cambio tal vez, les interese pensar juntos ¿cómo sabemos, nos han dicho, o nos imaginamos que son las relaciones entre las Filosofías y las Letras? ¿Por qué será que a veces se las ve juntas, otras veces distanciadas, tanto que a veces intentan negarse unas a otras en un inútil intento por acallar sus expresiones vitales? ¿Qué andan buscando al recorrer los mismos caminos que nosotros los mortales a los que nos fatiga el diario trajinar por el sustento cotidiano? “Que no hay cosas que mas fatigue el corazón de los pobres, que el hambre y la carestía, Sancho”…
Yo, que a veces me las encuentro en el camino, y las sigo con un corazón enamorado, las he visto de lejos, buscarse a si mismas, pasarse horas mirándose al espejo, encerradas en sus egoísmos, y sufriendo…
Otras veces me las he encontrado dialogando y dándose luz unas a otras en las noches de los tiempos, y floreciendo en versos aún en medio de desiertos…
A veces las encontré en descansos del camino con el rostro airado negándose las palabras unas a otras, y otras veces con tal grado de violencia y odio, que han deseado, proclamado y ejecutado a sus compañeras de peregrinar…
Me he subido a los hombros de algún gigante para verlas desde lejos bañarse en el mar de la Sabiduría y sentado sobre una roca o un fardo de pasto las escuché dar alabanzas y aleluyas a la Vida que alguna de ellas daba a luz…
¿Cuál es el principio que las mueve a la acción? ¿Qué las moviliza, se dice hoy?
A veces las he visto sorprendidas por el Amor, porque el Amor es así ¿no? sucede, te sorprende; se te viene encima, se te presenta, te anoticia y requiere de tu aceptación o de tu negativa… no violenta tus decisiones…te mira a los ojos y te espera…eso si, cuando lo aceptas, te ha de pedir una Vida Nueva…
¡Cuántas Letras, por Amor, han engendrado y engendran nueva vida! Esas Letras no pasan, permanecen, están aquí, se quedan entre nosotros, y aquí, nos superarán a nosotros…
¡Cuántas Filosofías, por Amor, han engendrado y engendran nueva vida! y no es esta una declaración de vitalismo. Esas Filosofías son perennes…
Cada uno de uds. podría contarnos una experiencia vital de lector, que les hizo nueva la Vida; y quizás de escritor; y quizás de filósofo…
Y cuando mi corazón las ve desde lejos me pregunto: ¿cuál es el principio que me mueve como lector al encuentro con ellas? Algún joven podría decir: “Porque están buenas”, y algo de razón tendría; nuestra voluntad no se mueve si no es bajo alguna razón de bien. Ahora ¿Qué Bien encuentro en las Filosofías y las Letras que me mueve hacia ellas? :
¿Un bien deleitable que me satisface el placer de leer? ; ¿Un bien útil que me lleva a buscar en las Filosofías y las Letras aquello que me sirva para algo? ; ¿Un bien que calme mi sed de poder y sacie el hambre de mi propio ego? ; ¿Un bien honesto que me lleve a obrar bien honrando la Vida , atendiendo con prioridad a quien sufre al lado mío el hambre y la sed de justicia, o es perseguido o excluido?
El siglo XXI nos enfrenta a varios desafíos apasionantes y para hacer frente a ellos, no bastarán nuestras meras fuerzas humanas. Paulatinamente parece querer abrirse paso una mentalidad tendiente a promover “el máximo de placer para el mayor número de personas posible”, ¿y con los demás?, y ya veremos que hacemos…buscaremos la solución… ¡que no olvidemos nunca que el siglo XX también habló de soluciones finales!…
Quizás los senos generosos de éstas mujeres, que con diversos nombres recorren los caminos de la Historia como Filosofías y Letras, sean capaces – una vez mas - de actos libres de afirmación de la Vida, y diciendo SI, gesten durante el siglo XXI nuevas obras que, al ser elegidas por honestos lectores, los animen a peregrinar esperanzados por el Camino que conduce al hogar de la Paz, el Bien y la Belleza.
A veces me pregunto si estas bellas mujeres, las Filosofías y las Letras, no andarán peregrinando por los senderos de la Historia buscando el Amor del Verbo…
Ellas dirán si nos lo dicen o lo callan, a nosotros – simples mortales – solo nos queda buscarlas y velar. Y aunque ahora, se puedan sentir tentados al aplauso, yo los invito al silencio, con el deseo que al escucharme crean; al creer esperen y al esperar amen la Vida.
Termino mi intervención con un poema – que no es mío – y les digo que el mejor aplauso será verlos centrar la atención del corazón en María Pía y en Américo, porque lo mejor está por venir.
Decíamos que como simples mortales solo nos queda velar…
Nos dice el poeta:
“…Débil es el pueblo si acepta su derrota,
olvidando que fue llamado a velar,
hasta que llegue su hora.
Y las horas vuelven siempre en la órbita de la historia…
Velar es la Palabra del Señor y la del Pueblo,
que hemos de aceptar siempre de nuevo.
Las horas son salmodias de conversiones incesantes…
¡Tierra que siempre serás parte de nuestro tiempo!
Alentados por una nueva esperanza,
iremos a través del tiempo hacia una tierra nueva.
Y a ti, tierra antigua, te llevaremos como fruto
del amor de las generaciones que superó el odio.”
(K. Wojtyla)