miércoles, 31 de octubre de 2007

Padres, hijos y drogas

Fuente Drugs Don't Work in Arizona
1. Los chicos pueden escuchar todos los mitos del mundo cuando se trata de drogas. Necesitan escuchar los hechos de usted, y luego necesitan saber por qué son tan importantes los hechos. Apréndase los daños que producen TODAS las drogas a las que están expuestos sus hijos. ¡Puede lograrlo! Después ayude a sus hijos, de cualquier edad, a comprender por qué es tan importante esa información para ellos. Estos son algunos puntos salientes acerca de la marihuana: (1) Hace más lentos los reflejos y la coordinación, y reduce también la capacidad para juzgar la distancia, la velocidad y el tiempo -- esenciales manejar vehículos, hacer deporte, etc. (2) Reduce la memoria a corto plazo -- esencial para el trabajo escolar y el juego, cualquier tipo de concentración y para las relaciones con amigos y familiares.
2. Participe. Los chicos que están cercanos a sus padres tienen menos probabilidades de adoptar conductas arriesgadas. No tema usted preguntar a dónde van sus hijos y con quién estarán. Conozca a los amigos de sus hijos -- y a sus padres -- para familiarizarse con sus actividades. No dude en abrir su casa a los amigos de su hijo, esto le da confianza y seguridad en sí mismo.
3. Obtener el primer trabajo es todo un acontecimiento en la vida de los jóvenes. Participe en el proceso. Oriente a sus hijos para que soliciten trabajos que pueda realizar. El tomar un empleo que no podrá realizar lo llevará a pensar que es un fracasado. Averigüe quien es el patrón y cual es la tarea exacta que su hijo realizará. Incúlquele a su hijo, que la tarea que iniciará tiene como fin solucionarle problemas al empleador.
4. La gente que quiere legalizar las drogas tiene todavía que dar respuesta a algunas preguntas muy difíciles. ¿Se legalizarán todas las drogas, o sólo algunas? ¿Se legalizarán para todas las edades o sólo para adultos? ¿Dónde se comprarán las drogas legalizadas? ¿Con los traficantes? ¿En una farmacia? ¿Cómo se fijarán los precios? ¿Cómo se dividirá el mercado? ¿Por provincias? Toda respuesta tentativa lleva a una certeza: los traficantes seguirán negociando, entregando drogas del mercado negro a precios de mercado negro. 5. Los traficantes de droga no necesariamente tienen un aspecto peligroso o arruinado. Es más la mayoría de los vendedores no la consumen, ni permiten que sus hijos la consuman. Muchos traficantes de droga tienen una apariencia absolutamente normal. Por lo tanto, es particularmente difícil que un chico comprenda que el uso de las drogas es peligroso de verdad. Aquellos que usan droga también pueden tener un aspecto normal. Al menos por un tiempo. Después empiezan los problemas físicos y de comportamiento. Los traficantes de drogas embaucan a los muchachos con apariencias iniciales. Ayude a que sus hijos puedan ver más allá de la apariencia inicial - que lleguen a ver hasta los resultados que son importantes para ellos.
6. Algunos padres que crecieron en los '60s experimentaron con drogas durante los primeros años -- y salieron bien librados. Algunos piensan que sus hijos van a experimentar también. Sin embargo, las drogas actuales son mucho más fuertes que en aquellos años. Por ejemplo, la marihuana es 10 veces más potente hoy que en los '60s. La heroína es más pura y, por lo tanto, más letal. Ningún padre de esa generación que haya experimentado en aquellos años ha tenido que lidiar con el montón de drogas nuevas llamadas "drogas de club," que amenazan cualquier posibilidad de "salir bien librado."
7. Continúe enterándose de lo que ocurre en la vida de sus hijos. Los recitales son populares en los grupos de todas las edades y no son sólo reuniones musicales tal como supuestamente tratan de aparentar. Las drogas de club (sintéticas) están disponibles locales nocturnos y recitales. En el caso de sus hijos mayores, ponga atención a sus instintos. No temas intervenir si una corazonada le dice que algo anda mal. Si tiene hijos de 11 a 13 años -- edades de alto riesgo en cuanto a la experimentación con drogas - dese cuenta que los chicos son cada vez más independientes pero, a pesar de sus protestas, necesitan urgentemente una estructura y orientación. Quieren que los quiera lo suficiente como para fijarles límites. Estos son algunos pasos prácticos: (1) Fije su hora de llegada, y sea estricto con su cumplimiento. No obstante, debe estar preparado para negociar en ocasiones especiales. (2) Haga que sus hijos se reporten a intervalos regulares. (3) Llame a los padres en cuya casa tendrán las fiestas. La noche de la fiesta, no dude en pasar para saludar (y asegurarse de que haya adultos supervisando). (4) Facilite a su hijo el proceso de irse de una fiesta en que estén utilizando drogas. Planee de antemano si usted o otro adulto designado irá a recoger a su hijo si se siente incómodo. (5) Acláreles totalmente a sus hijos que no quiere usted que usen drogas. No de usted pie a que interpreten sus palabras. Además, coménteles frecuentemente los peligros del uso de drogas - más de una o dos veces al año.
8. Por mucho dinero que tenga acceso su hijo, ¿realmente sabe cómo lo gasta? Averigüe. Muchos traficantes dicen que los niños tienen mucho dinero. Sea prudente en a la cantidad de dinero que les da usted para gastar. Si su hijo tiene un empleo de medio tiempo, indague cuánto gana y en qué lo gasta.
9. Haga que sus hijos sean "difíciles de alcanzar" desde el punto de vista de los traficantes. Después de investigar los daños que producen las drogas y después de ayudar a sus hijos a comprender por qué son importantes esos hechos para ellos, ayúdeles a aprender cómo decir NO. Ejercite y haga actuaciones con sus hijos y adiéstrelo en formas de negarse a usar drogas en situaciones distintas. ¿En serio? En serio. Reconozca qué tan difíciles pueden ser estas situaciones. Recompense su buen comportamiento de forma consistente e inmediata. Haga hincapié en lo positivo. Haga énfasis en lo que hacen bien sus hijos. Contenga la necesidad de criticarlos. El afecto y el respeto reforzarán el buen comportamiento (y cambiarán lo malo). Avergonzarlos o incomodarlos no será de ayuda. ¿Cómo hacerlo y fijar esos límites? Cree reglas -- y hable de antemano acerca de las consecuencias de romper esas reglas. No lance amenazas que no va a cumplir ni deje ir fácilmente a quien haya roto las reglas. No imponga castigos duros o nuevos.
10. ¿Qué es lo que más impide que sus hijos ingieran drogas y alcohol? USTED. Siga adelante. Deje sin trabajo a los narcotraficantes. Los jóvenes que aprenden de sus padres los riesgos de las drogas tiene 36% menos probabilidades de fumar marihuana que los demás chicos, 50% menos probabilidades de utilizar sustancias inhaladas, 56% menos probabilidades de usar cocaína. 65% menos probabilidades de usar LSD. Usted ejerce la influencia más poderosa en la vida diaria de sus hijos. Sin embargo, las estrategias en contra de las drogas rara vez son instintivas. Puede usted aprender más y puede empezar ahora mismo.

sábado, 27 de octubre de 2007

Valora tu hogar

"Con tu permiso, hoy quiero entrar en tu casa para valorar lo que tienes: mis palabras, al hablar de la Familia son un poco extrañas, y digo esto porque no hablaré de la Familia constituída por los padres y los hijos, sino del lugar donde habitualmente vive una Familia. Nos hace mucho bien repasar las distintas partes de nuestra casa porque cada una de ellas tiene su propio valor y al recordarlas sin dudas las valoraremos mas.

Empecemos por la Puerta.



  • La Puerta ofrece seguridad a los que viven en la casa.


  • La Puerta guarda celosamente la intimidad del hogar.


  • La Puerta ofrece el salir y el entrar en nuestra casa, para encontrarnos con nuestros seres queridos, que nos aman como nadie.


  • La Puerta de nuestro hogar nos recuerda la Puerta de la Iglesia y la Puerta del Cielo.

Un pensamiento sencillo pero valioso que nos ofrece la Puerta de casa: cuando pongo las llaves en la puerta, al abrirla, porque vengo cansado del trabajo, un pensamiento inunda nuestro corazón: al pasar el umbral de esa puerta me encuentro con personas que me aman como nadie...si pienso con Fe la Puerta me introduce en la antesala del Cielo.


Sigamos con las Ventanas.



  • Las Ventanas nos ofrecen la luz solar que da colorido a las distintas partes de la casa.


  • Las Ventanas, al dejar entrar el sol, ofrecen a los visitantes del hogar el clima de calor y luz.


  • Las Ventanas tienen su valor porque nos permiten ver el exterior de nuestro hogar, sin salir por la puerta.


  • Las Ventanas nos hacen ver que hay otras cosas y otras personas alrededor del hogar, que son nuestros vecinos.


  • Las Ventanas nos hacen ver los jerdines que rodean la casa, nos hacen ver las flores que florecen en primavera y en invierno el suelo cargado de escarcha.


  • En algunas ventanas la parte superior se puede abrir y así entra el aire que beneficia un clima sano en nuestro hogar.

Un pensamiento que nos ofrecen las Ventanas: sería muy triste una casa completamente cerrada, sin ventanas. En cambio cuando la casa está adornada de Ventanas, sus moradores tenemos la oportunidad de ver lo que tenemos dentro de casa, y de ver el mundo que nos rodea. Un hombre sin ventanas es un hombre sin horizontes, sin ideales, sin aspiraciones. Un hombre con Ventanas al conocer el mundo exterior siente su responsabilidad de colaborar con los demás.


Y concluyamos con la Mesa.

Si me preguntan por qué la Mesa es el lugar mas importante de la casa, no piensen que es por mi deseo de comer y beber. En verdad la mesa



  • es el centro del hogar porque allí las sillas que la rodean nos invitan a reunirnos...


  • es el centro porque allí se reúne la familia...


  • es el centro de conversación de los detalles de la vida familiar...el papá de su trabajo, la mamá del cuidado que hay que tener de la casa, los hijos mayores de sus estudios, los mas pequeños de sus juegos...es una conversación que, pasando los años, va cambiando de tema y, por eso


  • la Mesa, es el lugar donde la Familia es Escuela.

Mirando la Mesa, recibimos una invitación a la unidad, en ella descansan los frutos del trabajo de la Familia. La Mesa del hogar, si la miro con Fe, me recuerda a la Mesa del Altar de mi Iglesia, donde Dios está presente, donde Dios nos alimenta, donde Dios nos reúne...

Y así debe ser la Mesa de mi Hogar...un lugar donde está Dios y por eso rezamos antes de comer, un lugar donde nos alimentamos, no sólo con la comida material, sino con el amor de los que nos rodean...un lugar donde sin darnos cuenta cada vez somos mas unidos.

Querida Familia: comienza a mirar estos detalles de tu casa, y así has de valorar la Puerta, la Ventana, la Mesa; que no serán entonces una parte mas de nuestra casa, sino un regalo de Dios que debemos agradecer siempre."

Pbro. Juan Carlos Gardey.

lunes, 22 de octubre de 2007

La escuela: puente y sal.


Con ocasión del relanzamiento de la Revista Anales de la Educación Cómun, publicación oficial de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires (con rango Ministerial de acuerdo a la Constitución Provincial), fui invitado por la Inspectora Jefe Distrital, y a través de un ex alumno,a decir unas palabras en el Salón Cultural de la Municipalidad de Azul. El acto se realizó unos días antes del acto eleccionario del año 2005. Estas fueron mis palabras.

"Cuando hace apenas 72 horas un ex alumno me invitó a hacer uso de la palabra en este acto, sentí el deber de aceptar, puesto que, tengo por costumbre al terminar cada ciclo lectivo, sugerirle a los alumnos que no se olviden de sus profesores, que los lleven en su corazón y que, cuando necesiten algo de ellos, no dejen de pedírselo, que allí estaremos para tenderles una mano.

En la invitación, en principio, se me pedía una reflexión acerca del concepto de educación en Argentina que nos ayudara a pensar a todos sobre la realidad educativa en el contexto de ésta convocatoria.

Claro está que sería un atrevimiento de mi parte querer hacer pensar sobre ésta realidad especificamente humana como es la educación, a quienes todos los días ejercen la apasionante obra educativa en su hogar y en nuestras escuelas. Por tanto, agradezco la invitación ya que a través de ella he vuelto a pensar la educación, y es ahora, la presencia de ustedes - Señor Intendente, Autoridades Educativas, colegas de los establecimientos de todos los niveles, alumnos y público en general - la que me ayuda a reflexionar, a re-pensar y a comunicar estos pensamientos, como quien esparce algunas semillas.

No es dable despreciar la oportunidad de pensar la educación en estos tiempos; realidad que tantas veces nos sorprende por impensada.

Los hombres y las mujeres necesitamos correr el riesgo de pensar y comunicar nuestros pensamientos para no convertirnos en personas de miradas y acciones estrechas y mezquinas. Por lo que compartiré con ustedes tres ideas, con la intención de formularme algunas preguntas, que si están bien formuladas, pueden abrir la puerta de alguna solución.

¿Qué puede significar para nosotros asistir a éste acto? ¿Implica algún riesgo pensar la educación en este contexto? Porque si pienso en el día elegido por los organizadores, en la semana elegida para la convocatoria, surge inmediatamente la connotación política de este encuentro. Connotación que, tal vez, haga que mas de uno de los presentes esté pensando mas en las consecuencias del acto eleccionario del próximo domingo que en lo que nos puede estar pasando aquí y ahora. Ahora bien: ¿es esto lo que hace de éste acto un acto político?

Estimo que no; pienso que todo acto educativo es un acto político, y mal obraríamos los educadores si reducimos el arte de la política a la práctica eleccionaria y sus connotaciones. Y peor obraríamos si dejamos la acción política sólo en las manos de los integrantes de los partidos políticos que se presentan a elecciones.

Por lo que en mi primer pensamiento quiero reafirmar que la educación es un acto político, ya que toda acción educativa, es un arte que se persigue para la consecución del Bien Común. Y quienes aquí estamos, con seguridad compartimos ésta búsqueda del Bien Común.

En este orden de ideas me propongo, y propongo a ustedes aquí presentes, que viven la cotidiana obra de educar, revalorizar la escuela como la institución social llamada a participar - después de la familia - en la generación de los políticos, las mujeres y los hombres que conducirán nuestras ciudades, nuestra provincia y nuestra Argentina para afrontar los desafíos del siglo que iniciamos.

Al respecto estimo que debemos preguntarnos: ¿tenemos vocación de engendrar en nuestras instituciones ciudadanos plenos?; ¿nos motiva el riesgo de la concepción de ciudadanos abiertos a la vida política del siglo XXI?; ¿nos dejaremos vencer por el egoísmo y la búsqueda del placer seguro, protegidos en la distribución gratuita de facilismo proponiendo a niños, adolescentes y jóvenes, una vida sin riesgos, sin sacrificios, sin la entrega y la donación al servicio del Bien Común?.

El segundo aspecto que despertó en mi alguna idea y nuevos interrogantes, se ubica en un contexto educativo microvital, por llamarlo de alguna manera. El mismo día que recibí la invitación a participar de este acto, una estudiante me avisaba que se retiraba de la clase un rato antes porque debía asistir al velorio de un ex compañero del secundario que a los 21 años, había decidido quitarse la vida. Y otra estudiante, en el mismo curso del instituto de formación docente donde trabajo, llegaba una hora tarde debido a que - según después me manifestó - estaba realizando una suplencia en una escuelita rural, y debió caminar unos cinco kilómetros para encontrar una ruta donde alguien, con generosidad se dignara a traerla hasta Azul, para poder cursar las materias de su último año.

Estos acontecimientos me ayudaron a pensar que la realidad educativa que me toca vivir personalmente, tiene que ver con los detalles, con los matices cotidianos del ser de la educación; mirada ciertamente distinta al que vive la realidad educativa desde lo sistémico. Y me parece constatar que las miradas y los enfoques desde los sistemas - educativo, político, etc. - sólo ven la realidad a gran escala, cuantificada, matematizada, y, a mi juicio, se están perdiendo que las cosas se nos manifiestan en estos detalles que nos brindan el sabor del ser.

Esta es una brecha que, la falta de la virtud política de la prudencia, está agrandando de tal forma que requiere un esfuerzo hasta el sacrificio por parte de quienes la advierten, para que la brecha no termine en un abismo infranqueable. Parece que, quienes piensan desde lo sistémico, han perdido el gusto por el ser y sus recetas siguen sin conquistar el paladar del pueblo.

La escuela en este orden, y para continuar con las imágenes que hemos elegido, está llamada a ser puente y sal.

Ser puente para acercar las orillas de las brechas sociales que se abren - sólo nos hemos referido a una de ellas - ; y ser sal, para darle sabor a una sociedad que corre el riesgo de tornarse cada día más insípida, insalobre, desabrida.

Y entonces se nos abren nuevos interrogantes: ¿estoy dispuesto a salar?; ¿estoy dispuesto a ser puente?; ¿estoy dispuesto a desaparecer, a ser disuelto, a donarme en una entrega hasta el desprendimiento?; ¿estoy dispuesto a tenderme como puente?; ¿a correr el riesgo que otros pasen sobre mí con tal que alcancen la otra orilla?.

Pienso en mi querida ciudad, en mi querida provincia, y en mi querida Argentina y veo tantos ejemplos.Seguramente también ustedes los verán a diario ...

Así pues, en primer lugar todo acto educativo es un acto político; en segundo lugar todo acto educativo requiere prudencia y degustación del ser de las cosas (sabiduría práctica, decían los antiguos). Y por último, surgió un tercer aspecto a compartir con ustedes, a través de una experiencia que no sé si podré comunicar en profundidad, porque tiene la hondura de los gestos simples.

Después de aceptar la invitación, para este acto, surgió una cierta inquietud, ¿y ahora que?; ¿dónde encuentro el tiempo para pensar en lo que voy a comunicar?; ¿con qué puedo colaborar al bien común en ese acto?. Y entonces apareció una colega en la sala de profesores, que te dá ánimo; otro que te alienta; alguien que te acerca una idea; otro que con humor desdramatiza la situación. Al respecto alguno me dijo: "¡Cómo vos que sos tan crítico de la obra de Sarmiento te vas a prestar a participar de un acto en el que se presenta la revista que él fundó! Vas a tener que ir a pedir perdón a la Plaza Juan Manuel de Rosas!". Y así se fue manifestando esa red de afectos que, quienes trabajan en la educación, conocen sobradamente.

Así, ante la experiencia de la inquietud, ante la tentación del miedo, que tantas veces intenta paralizarnos en nuestras escuelas; aparece el gesto generoso, afectuoso, del que está a tu lado y lo que sabe, lo que tiene, te lo da sin reservas.

Decía,entonces, esta nueva experiencia de los detalles del ser educativo - que en lo personal se hizo oración por la inmerecida gracia de haber sido educado en la fe - surgió esta idea de proponer que la escuela es también la institución llamada a educar en la certeza; - si, en la certeza, frente a tanto relativismo imperante - de que siempre existe alguien a nuestro lado para decirnos: ¡no tengas miedo!. Mas aún, pienso en una escuela que eduque en la certeza de que existe Alguien que nos ama.

Y entonces surgieron los últimos interrogantes: ¿estamos dispuestos a educar en esta certeza?; ¿nos seduce el éxito relativo mas que el aparente fracaso de la verdad que nos hace libres?.

Pero al llegar aquí me di cuenta que cruzaba el umbral que abre las puertas del Amor Hecho Hombre. Y así fue como la invitación recibida, y la presencia de ustedes, han logrado hacerme revivir en mi pensamiento la apasionante obra de la educación: una obra política, que como tal requiere de la degustación del ser - sabiduría práctica -, para cruzar en los brazos del Amor el umbral de la esperanza.

Tres ideas que requieren tres virtudes: prudencia, humildad y amor.Pero esto sería motivo de otra reflexión. Cuando las encuentren encarnadas en un hombre o mujer de nuestro tiempo, acompáñenlo hasta hacerlo Ministro de Educación.

Que la sonoridad coral que cierre este acto nos ayude a degustar la musicalidad del ser de la educación.

(Nota: a continuación actuó el Coro de la Escuela de Estética de Azul).-

Criterios para pensar el voto

Con vistas a las elecciones del próximo 28 de octubre nos parece oportuno recordar que:
1.- En la "Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política", de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Festividad de Cristo Rey, año 2002) que lleva la firma del por entonces prefecto de esa Congregación, Card. Joseph. Ratzinger dice que los católicos al votar sólo pueden optar por “opiniones políticas compatibles con la Fe y la ley moral natural”.
Al precisar que cosas requieren particular atención menciona explícitamente:
· leyes que desconocen el derecho a la vida: aborto, eutanasia, y leyes que no respetan y protegen los derechos del embrión humano.
· leyes que no salvaguardan la tutela y promoción de la familia: divorcio y reconocimiento legal de las uniones homosexuales.
· leyes que avasallan el derecho inalienable de los padres a educar a sus hijos.
2.- En su discurso a los europarlamentarios (29/03/2006) SS Benedicto XVI, enumera tres principios que no son negociables para un católico en la vida pública:

· protección de la vida en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural;
· reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como una unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible;
· la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos.

3.- En la exhortación apostólica "Sacramentun Caritatis" (22/02/07) el Santo Padre reitera cuatro valores que no son negociables:

· Defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural;
· La familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer;
· La libertad de educación de los hijos;
· La promoción del bien común en todas sus formas.

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NOTIVIDA, Año VI, nº 473, 08 de octubre de 2007
Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río
Página web http://www.notivida.org

jueves, 18 de octubre de 2007

¿Enseñar pertenece a la vida contemplativa o a la activa?
"...Ha de decirse que la vida contemplativa y la activa se distinguen entre sí por el fin y por la materia. Son materia de la vida activa las cosas temporales, sobre las que versa la actividad humana. Y son materia de la contemplación las razones cognoscitivas de las cosas, a las que se aplica con diligencia el contemplativo. Esta diversidad de la materia deriva de la diversidad del fin, pues, como en las demás cosas, la materia se determina en conformidad con la exigencia del fin. Pues bien, el fin de la vida contemplativa es la búsqueda de la verdad, al menos en el aspecto en que nos referimos ahora a la vida contemplativa. Digo de la verdad increada, según el grado asequible al contemplativo, a saber, imperfectamente obtenida en esta vida y en grado perfecto en la futura. Dice, por ello, Gregorio: La vida contemplativa comienza aquí y llegará a su plenitud en la patria celestial. En cambio, el fin de la activa es la actividad por la que atendemos a la utilidad del prójimo.
Por otra parte, en el acto de enseñar encontramos dos materias y, como signo de ello, el acto de enseñar lleva dos acusativos: uno, de las materias que se enseñan, y, otro, del sujeto al que se transmite la ciencia. Por lo que se refiere a la materia primera, el acto de enseñar pertenece a la vida contemplativa, mas, por la segunda, pertenece a la vida activa. Pero por parte del fin, hallamos que la enseñanza pertenece sólo a la vida activa, porque su última materia, en la que se alcanza el fin propuesto, es una materia de la vida activa. Por tanto, el enseñar pertenece mas a la vida activa que a la contemplativa, aunque, bajo algún aspecto particular, pertenezca a la contemplativa, como queda patente por lo que acabamos de decir en esta solución."
(Cf. Santo Tomás de Aquino, El Maestro, Agape Libros, Buenos Aires, pag. 151)

lunes, 15 de octubre de 2007

Mi primera vez

La primera vez que ingresé a un aula escolar tenía cinco años y con mis compañeros del primer grado de la Escuela Nº 18 de Azul "Juan Bautista Alberdi", estrenamos el lugar. Aula nueva, escuela nueva, guardapolvo nuevo, valija nueva - si llevábamos valijas de cuero para los cuadernos y útiles -, mástil nuevo. Todo comunicaba novedad. También este recuerdo es nuevo cada vez, y dibuja una sonrisa en mis labios al verme de guardapolvo blanco, pelo corto, frente ancha, ojos abiertos a la novedad, y el corazón y la lengua inquieta, aquella que hiciera volcar en mi primera calificación escolar, que era buen alumno pero debía conversar menos en clase. Nada sabía yo entonces - año 1969 - acerca de que en el mundo comenzaba un cambio de época.

Para mis mayores de entonces, que habían estudiado sobre pupitres, era toda una novedad que nosotros dispusiéramos de mesas que compartíamos entre dos, y que al juntarlas podíamos formar pequeños grupos de trabajo. Mesas hechas a nuestra medida de niños, al igual que las sillas. Mobiliario todo nuevo, al igual que el escritorio de la maestra y creo que también el pizarrón; aunque en esto mi memoria no sea tan fidedigna.

Señorita Ivonne Lettry, aunque en el apellido puedo fallar - tal vez sea Letty-, para nosotros fue durante los tres primeros años de nuestra formación, la señorita "Ivon". No padecí aula superpoblada y nos conocían a cada uno por nuestro nombre a los pocos días, aunque para observarnos en nuestras conductas se privilegiara nuestro apellido: "¡Boggi, donde va!", podía escucharse cuando el timbre sonaba y salíamos literalmente disparados desde nuestro lugar en rauda carrera hacia el patio.

Perfectamente iluminada con grandes ventanales que daban paso a la luz natural, no recuerdo haber pasado frío en aquel aula. Disponíamos de percheros para colgar nuestras camperas y la sólida mampostería hacía de cada espacio aúlico un lugar de trabajo que sólo se veía interrumpido por el aula contigua, cuando el lío del grado vecino era mayúsculo.

Las paredes recién pintadas de blanco, - al igual que el cielo raso-, todas despejadas en los primeros días, poco a poco se irían cubriendo con el abecedario, los primeros números, algún mapa de Argentina, el Cabildo, la Casita de Tucumán, la imagen de algunos próceres, y tantos otros íconos escolares. Muchos resisten el paso del tiempo y los veo en las aulas de hoy tal cual los evoca mi memoria.

No deseo avanzar más hoy, en los sucesos de aquel aula, tan gratificante para nuestra niñez. Sólo deseaba describir el aula. Y a poco andar me fui dando cuenta, que todo aquello vale poco, casi nada, sin las personas que las ocuparon aquel primer día de clase, y las personas que las siguen ocupando hasta el día de hoy. Por eso me es irresistible pasar por las calles Castellar y Miñana de mi ciudad, en cuya esquina queda mi Escuelita 18, sin que un gratificante silencio me invada por unos segundos y me vea allí, sentado en mi primer aula; lugar que con el tiempo se convertiría en uno de mis espacios vitales preferidos.-

¿Qué es educar?

"La palabra educar cobija bajo su seno multitud de significados...Su etimología nos pone frente a sus referencias mas concretas. Deriva del latín educare, ir conduciendo de un lugar a otro; y también de educere, extraer, sacar fuera. El primer significado subraya un proceso que debe llevarse a cabo paso a paso y que tiene un sentido dinámico, algo que se produce en plena movilidad; el segundo se refiere mas a los resultados, pero contando con la habilidad del educador, que debe sacar el máximo provecho de esa persona, todo lo bueno y positivo que lleva dentro.
Educar es ayudar a alguien para que se desarrollo de la mejor manera posible en los diversos aspectos que tiene la naturaleza humana. Las educaciones particualres especifican el sector de que se trata. No es lo mismo educación sentimental, que la sexual, que la que se refiere a la esgrima, al inglés, al dominio de la voluntad o tod la concerniente al campo cívico. Educar significa comunicar conocimientos y promover actitudes. Conocimiento quiere decir que hay una transmisión de información inicial que nos sitúa frente al tema concreto. Eso es mucho y a la vez poco. Pensemos en la educación sexual: uno no aprende a gobernar y a ser dueño de su sexualidad por el único hecho de conocer la anatomía, la fisiología y los demás mecanismos endocrinológicos de su organismo. Necesita, ademas, que esa información se acompañe de una orientación. Esa es la formación: dar pautas de conductas adecuadas que nos digan y expliquen con claridad, por ejemplo, para qué sirve la sexualidad, qué se debe hacer con ella...y si es buenodecir que sí a cualquier estímulo sexual que aparezca ante nosotros.
Información y formación constituyen un binomio clave en toda educación... Se puede decir, incluso, que educar es hacer que alguien aprenda a vivir con alegría.
Los resortes principales que permiten alcanzar los objetivos propuestos se inspiran, por un lado, en la motivación, y por el otro, en el esfuerzo. El uno mueve, y el otro hace que a través de pequeñas luchas concretas, repetidas una y otra vez, se llegue a un entrenamiento en el autodominio, el control de la propia conducta y en el ir subiendo posponer lo inmediato. Por ahí se descubre la senda que nos hace ver lo mejor de nosotros mismos. Toda educación tendrá los siguientes apartados y derivaciones:
1. Educar es mostrar una cierta doctrina...
2. Educar es perfeccionar ciertas facultades, mediante motivaciones, ejercicios específicos, ejemplos, etc. ...
3. Toda educación conduce a la formación de un ser humano mas completo, coherente y maduro...
4. La mejor educación debe ayudar a la mejor formulación y desarrollo de nuestro proyecto personal...
5. Es esencial la tarea del educador. Se educa mas por lo que se es, que por lo que se dice. Las palabras mueven pero el ejemplo arrastra. Es decir, el alumno suele fijarse en el profesor, buscando algo. La exposición atractiva de otra vida incita a imitarla de alguna manera. El poder del educador depende menos de sus palabras que de su presencia silenciosa y auténtica. Puede haber muchos profesores y educadores que enseñen distintas materias y asignaturas, pero hay pocos que sean maestros. En el proceso del modelo de identidad, la figura del profesor es decisiva, ya que quizá signifique el descubrimiento de una persona ejemplar a la que admirar, con la que poderse identificar uno y que sirve como punto de referencia firme en qué apoyarse..." (Cf. Rojas, Enrique, La conquista de la voluntad, Edit. Planeta, Buenos Aires, 1995; pag. 33 y ss.)

domingo, 14 de octubre de 2007

PENSAR LA EDUCACIÓN EN AZUL

Educar es una acción buena. Mas cuando reflexionamos sobre nuestra acción educativa, cuando nuestra mirada se vuelca, se vuelve, sobre nuestra nuestra acción personal como educadores - como docentes, como padres, etc. - , sin perder de vista la perspectiva del bien, inevitablemente surge el interrogante acerca de si en esa labor ¿no he hecho algo mal?. Mas aún, somos conscientes de nuestra limitación humana y la pregunta se hace mas directa: ¿qué hice mal?. En algún momento éste interrogante se nos presenta. En especial cuando los destinatarios de nuestra acción educativa nos devuelven una imagen muy alejada, muy distinta, de la que nos habíamos propuesto educir con nuestro acto educativo. Vaya un sólo ejemplo: ser padres o educadores de un joven que es capaz de asesinar a otro, o robar, o violentar la persona de un semejante.
¿Puede formularse de otra manera ese interrogante? ¿Existe la posibilidad de una conversión de la cuestión? Tal vez sea esta: ¿qué bien ha estado ausente en mi acción educativa?; ¿qué he debido hacer de bueno y no he hecho?; ¿que bien he hecho de manera insuficiente?.
Al respecto propongo a consideración el fragmento de una reflexión con la que Juan Pablo II comienza un bello texto que publicó la editorial Planeta en el año 2005, "Memoria e identidad". Dice allí , pag. 14. :
"...El mal es siempre la ausencia de un bien que un determinado ser debería tener, es una carencia. Pero nunca es ausencia absoluta de bien. Cómo nazca y se desarrolle el mal en el terreno sano del bien, es un misterio. También es una incógnita esa parte de bien que el mal no ha conseguido destruir y que se difunde a pesar del mal, creciendo incluso en el mismo suelo. Surge de inmediato la referencia a la parábola evangélica del trigo y la cizaña(cf. Mt. 13, 24-30). Cuando los siervos preguntan al dueño "Quieres que vayamos a arrancarla", él contesta de manera muy significativa: "No, que podrías arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la cosecha, y cuando llegue la siega diré a los segadores: arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y el trigo almacénenlo en mi granero" (Mt. 13,29-30). En este caso la mención de la cosecha alude a la fase final de la historia, la escatológica.
Se puede tomar esta parábola como clave para comprender toda la historia del hombre. En las diversas épocas y en distintos sentidos, el "trigo" crece junto a la "cizaña" y la "cizaña" junto al "trigo". La historia de la humanidad es una "trama" de la coexistencia entre el bien y el mal. Esto significa que si el mal existe al lado del bien, el bien, no obstante, persiste al lado del mal y, por decirlo así, crece en el mismo terreno, que es la naturaleza humana. En efecto, ésta no quedó destruída, no se volvió totalmente mala a pesar del pecado original. Ha conservado una capacidad para el bien, como lo demuestran las vicisitudes que se han producido en los diversos períodos de la historia"
Entonces pienso que los grandes educadores que conozco en Azul y desde Azul, son aquellas personas que han sido y son capaces de desarrollar, de abrir las puertas y ventanas para que, esas capacidades para el bien que existe en los destinatarios de su acto educativo, se perfeccionen, se orienten hacia su plenitud. Aquellos que logran que lo que se ha conservado de bueno se descubra a la vista de los demás, se ponga al servicio del bien común de la comunidad, amanezca iluminando la llanura bonaerense, para que todos tengan vida y la tengan en abundancia.-


sábado, 13 de octubre de 2007

Hay sabios de todas menas

Hay hombres que de su cencia
tienen la cabeza yena
hay sabios de todas menas
mas digo sin ser muy ducho
que mejor que aprender mucho
es aprender cosas buenas.
José Hernández