El aula es la cuna que
mece el silencio
y el Verbo fecunda en diálogo abierto.
Provoca el encuentro
la mirada tierna, el
gesto sereno
y la puerta abierta a
cada misterio
que la Vida muestra.
Te encuentras contigo,
si
tu alma, atenta,
se abre a los otros
que
esperan a su puerta
para llegar a tocar,
sin
tocarte siquiera,
la cuerda que armoniza tu
andar por la tierra.
El aula es sendero, no es
meta ni es cima,
es camino abierto por
otros,
es huerta.
Es cofre sin llave,
repleto de perlas,
Todas escogidas por Mano
Maestra,
Que brillan al sol de la
Verdad Completa,
Y sufren si las hieres
con falsas promesas.
No es campo de batalla,
y
si hay lucha en ella,
Es la Vida que puja por
vencer la guerra.
El aula te llama,
te
invita a su fiesta
Y es bueno que asistas
con la mejor de tus prendas:
Aquella que tejiste cuando
el sol alumbraba
las preguntas eternas que
buscan respuestas.
El aula no es siempre lo
que dices de ella,
Tampoco lo que otros te
dicen que sea,
El aula es crepúsculo,
medianoche, y aurora
Y es el mediodía del niño
que llora
Del hambre y la sed de justicia
que añora…
Cuando mires el aula, no
la dejes sola,
Vuelve siempre a ella y
al volver evoca
Cada instante nuevo que
el Verbo provoca.
lunes, 16 de mayo de 2011
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