jueves, 28 de febrero de 2008

Llamemos por la Escuela 17


En la provincia de Buenos Aires
Lanzan un 0-800 para colegios

Se recibirán denuncias sobre el mal estado de los edificios


LANACION.com | Cultura | Jueves 28 de febrero de 2008

Las cuotas en las escuelas privadas

lunes, 25 de febrero de 2008

Recordando a Don José


Hay nacimientos que cambian la historia. Los que hemos nacido en esta parte sur del Continente Americano debemos en gran medida lo que somos a que un 25 de febrero de 1778 nació José de San Martín. Y él debe su tierra natal a la obra de un santo: Roque González de Santa Cruz, pues sabido es que éste santo jesuita es el fundador , en el año 1626, del pueblo de "Nuestra Señora de los Reyes Magos de Yapeyú". Tener sentido histórico tiene eso de reconocer nuestras deudas.

Solemos proponer a nuestros estudiantes que no dejen de conocer la vida de José de San Martín, pues consideramos que ha encarnado las principales virtudes de un educador. ¿Con cuál quedarnos para recordarlo hoy? Abro al azar uno de los libros en los que se ha editado su correspondencia y allí aparece la carta del 30 de setiembre de 1823, que escribió desde Mendoza a su amigo Vicente Chilavert. Luego de disculparse por la tardanza en contestar manifiesta: "Se funda usted en decir que mi situación me permitirá el tiempo suficiente para leer las cartas de mis rancios amigos; sin embargo, no lo tengo muy sobrante, pues él es dedicado a prepararme a bien morir ( no como usted, sino como un cristiano que por su edad y achaques ya no puede pecar), y a tributar al que dispone de la suerte de los guerreros y profundos políticos, las mas humildes gracias por haberme separado de unos y otros".

Sólo quien tiene una real dimensión de su ser se toma el tiempo necesario para prepararse a "bien morir", tarea nada fácil y a la cual Sócrates le dedicó toda la vida. En la raíz de ésta actitud encontramos la virtud de la humildad,a la que tantas veces debemos volver a buscar los educadores.

Aquella luz que atisbaron los griegos ciertamente la recibió San Martín desde su hogar, en la crianza que le brindó doña Gregoria Matorras del Ser (¡parece mentira que la historiografía liberal le haya mutilado el apellido a la Madre de San Martín, y todos hemos aprendido que se llamaba Gregoria Matorras!, ¿¡por qué nos habran escamoteado el Ser!?) enseñándole desde pequeño que existe Alguien que "dispone de la suerte" de todos; expresión que lejos de comprenderse desde un fatalismo determinista, en la vida de San Martín será una confiada entrega a las "disposiciones" de la Providencia. O dicho de otra manera, fue un hombre que supo que era una creatura.

Fue también en el hogar donde aprendió a obedecer, por eso supo mandar. Y esta virtud de la obediencia, es otra de las grandes olvidadas entre nosotros, los docentes. La vida de don José puede enseñarnos mucho al respecto.

Y también será necesario comprender esa actitud de agradecimiento a la separación que mantiene de "guerreros y profundos políticos", porque es una actitud necesaria en la vida docente: tantos unos como otros, suelen no comprender los tiempos del aprendizaje, y -salvo que unos y otros sean prudentes- , suelen arrastar a quienes se les acercan a situaciones donde prima la ignorancia para lograr el sometimiento y la manipulación. El docente ha de ser agradecido.

A párrafo seguido le escribe a Chilavert: "Hace cinco meses que no leo ningún papel público, y me va muy bien con este sistema; que no exista la anarquía en nuestro territorio y que los españoles no vuelvan a dominarlo es cuanto necesito saber; de lo demás, poco me importa". En donde resume su anhelo de Gobierno e Independencia para estas tierras; anhelo que siempre lo ha acercado a nuestro pueblo. Pues su figura tiene eso de haber sido y ser cada tanto criticada, denostada, calumniada, desde el poder y desde sectores de la intelectualidad; pero su persona permanece cerca y surge real a la vista de los que ven con el corazón. Ser capaz de gobernarse para gobernar y ser independiente, para independizar, son también dos condiciones que hacen a la vida docente.

Y valga para terminar- y no cansar - otro fragmento de carta a Chilavert, esta vez la escrita desde Bruselas el 1ª de enero de 1825: "...Todo cálculo en revolución es erróneo; los principios admitidos como axiomas son, por lo menos, reducidos a problemas. Las acciones mas virtuosas son tergiversadas y los desprendimientos mas palpables son actos de miras secundarias; así es que no puede formarse un plan seguro, y al hombre justo no le queda otro recurso, en medio de las convulsiones de los Estados, que proponerse por parte de su conducta obrar bien: la experiencia me ha demostrado que ésta es la ancla de esperanza en las tempestadas políticas..."

Y luego de desahogarse contra "...las carnívoras falanges..." que desde Buenos Aires se destacan y bloquean su pacífico retiro llenándolo de injurias y mentiras, concluye: "... Ya tiene usted reconocida nuestra independencia por la Inglaterra; la obra es concluída y los americanos comenzaran ahora el fruto de sus trabajos y sacrificios: esto es, si tenemos juicio y si doce años de revolución nos han enseñado a obedecer; si, señor, a obedecer, pues sin esta circunstancia no se puede saber mandar".

Cabe hoy a todo docente mucho de aquellas circunstancias. En procesos revolucionarios no se puede formar un plan seguro pero hay que proponerse obrar bien, para dejar de manifiesto que el docente es un hombre esperanzado. Vaya pues hoy mi recuerdo para la persona de don José de San Martín en el aniversario de su nacimiento, pues de él también he aprendido que ser docente significa luchar por ser humilde, reconocerse creatura y que los demas son creaturas, que la autoridad docente surge de aprender a obedecer, que el docente es un agradecido de los tiempos que vive y sabe buscar el retiro para separarse de aquellos que intentan manipularlo y someterlo, porque anhela esperanzado ejercer la libertad de su propio gobierno para enseñarle a los demas a ser libres e independientes, sabiendo que será inevitable ser denostado, criticado, y calumniado pero que al ver con el corazón encontrará la Verdad que nos hace libres.-

sábado, 23 de febrero de 2008

"Quien aprende rectifica"

"Canta el silencio en la inmensa
serenidad luminosa
que sobre el campo reposa
y al fondo del bosque piensa.

Canta el silencio en el alma
la gloria del mediodía,
con tan perfecta armonía
que no es mas que luz y calma.

Canta el oro del trigal,
canta la fuerza del roble.
Y la bondad grave y noble
del corazón del nogal
."
....
Estas tres primeras estrofas de "Quietud meridiana", que forma parte de los "Poemas solariegos" de Leopoldo Lugones, (1874-1938), comunican algo del genio poético de este educador argentino cuya obra, aún hoy, continúa atrapada entre las divisiones ideológicas que han desangrado nuestro suelo. Cuando los vecinos de la Villa de María del Río Seco, en nuestra provincia de Córdoba, lo vieron nacer, como fruto del amor de Santiago Lugones y Custodia Argüello,no se imaginaban que se le había regalado la vida a un infatigable buscador de la identidad.
Vuelvo cada tanto sobre sus poesías, y en especial los últimos dos versos del fragmento citado, me comunican con la "bondad grave y noble del corazón" de mi padre, que me crió protegido por la sombra del añejo nogal que todavía extiende su sombra en el patio de mi casa paterna, y cuyos retoños se han esparcido por varios patios de las casas vecinas, incluída la mía propia.
Sólo los que buscan infatigablemente en el silencio la Palabra Justa encuentran el coraje de comunicar a los demás sus propios recorridos vitales. Lugones lo hizo en un famoso artículo publicado por el Diario La Nación el 28 de junio de 1931, y que tituló "Itinerario de ida y vuelta".No es fácil para alguien que, desde muy joven se expuso publicamente, comunicar en un artículo periodístico las razones profundas de sus decisiones existenciales; mas si existió la necesidad de expresarlo probablemente deseaba aclarar varios malentendidos acerca de su trayectoria.¿Se habrá sentido él un Martín Fierro del pensamiento, y tomó los movimientos existenciales que Hernandez dió a su obra, para escribir acerca de su propia trayectoria?.
Es Lugones una de esas personas que mas deben a sus procesos de autoformación que a la enseñanza recibida en una educación sistemática. Careció de formación universitaria regular, pero su vida nos da cuenta que cada momento vital era vivido como una situación de aprendizaje. Quizás esa misma carencia de formación sistemática lo llevó a procurársela a sus contemporáneos y en su estudio sobre la
"Reforma educacional" promovió cursos especiales para maestros en vacaciones, e impulsó la fundación del Instituto Nacional del Profesorado Secundario, lo que finalmente logró, trabajando y discutiendo con Pablo Pizzurno y Virgilio Magnasco.
Su último cargo público fue el de Director de la Biblioteca Nacional de Maestros, en la que propuso y logró la atención especial para los niños, organizando una sala de lectura especialmente dispuesta para ellos. Es saludable que la página web de la biblioteca haya puesto a disposición de sus visitantes una de las memorias anuales redactadas por el propio Lugones, que nos acerca a la cotidianeidad de los trabajos que tuvo que encarar como director, y la sensibilidad puesta de manifiesto hacia los mas pequeños.
No es ésta la única condición existencial que nos lleva a proponer a los futuros docentes que se acerquen a su vida y a su obra, para encontrar ejemplos de virtudes pedagógicas. Ya hablamos de su incansable búsqueda de la verdad, de su compromiso político, ni que hablar de su capacidad oratoria y como literato, su constante repensar la vida a la luz de las ideas de bien y belleza; su precupación por el lenguaje - "...toda cultura es asunto de lenguaje...", sostiene en "El Payador" -; la comprensión de la identidad nacional como manifestación histórica que se nutre de la savia cultural de identidades precedentes; y tantas otras que no es dable proponer en este espacio para no cansar al lector. Bástenos señalar que, cuando desde algunas corrientes pedagógicas contemporáneas se propone "repensar las propias prácticas", como si fuera una novedad pedagógica, resuena en mi memoria aquella expresión de Lugones en su "Historia de Sarmiento": "...solamente los necios jáctanse de no enmendar sus errores, sean ellos literarios o ideológicos. Quien aprende rectifica".
Su muerte, por suicidio, el 18 de febrero de 1938 nos pone frente al misterio del último instante. También en el último acto Leopoldo Lugones nos invita a seguir en la búsqueda del misterio del hombre, que sólo se esclarece a la Luz del Misterio del Hombre.-
Tal vez al último instante de Leopoldo Lugones le faltó el Amor
" Y la última brasa
que vela el honrado reposo de la casa"(
1)

(1) XXXII de "Los ínfimos" en Poemas Solariegos
Para una aproximación a su pensamiento "El pensamiento de Leopoldo Lugones y la Argentina Histórica", Capítuo XVIII de la Historia de la Filosofía en Argentina 1600-2000, del Dr. Alberto Caturelli, Edic. Ciudad Argentina - Universidad del Salvador, Bs. As. 2001, pags. 390/405.

viernes, 22 de febrero de 2008

Salario de los docentes

jueves, 14 de febrero de 2008

El Amor como principio pedagógico

Si nos preguntamos ¿cuál es la teoría o el enfoque pedagógico predominante en nuestras aulas?; surge en primera instancia la necesidad de pluralizar la respuesta. En principio será necesario reconocer que no hay un modelo predominante y que los procesos de enseñanza – aprendizaje no escapan hoy, a la fragmentación del saber tan característica de nuestra época.
Las clasificaciones de esas presencias pedagógicas son variadas y casi en su totalidad adolecen del cercenamiento histórico que significa analizar la problemática pedagógica a partir de la segunda mitad del siglo XIX, como si antes de esa fecha nadie se hubiera dedicado a enseñar entre nosotros, o no hubiera habido personas interesadas en aprender. Tema éste que será motivo de entradas posteriores.
Así, por lo general, se sostiene que ha habido en primer lugary aún hoy perdura su influencia - una fuerte presencia de un modelo inspirado en el iluminismo y el positivismo, que dio como resultado una pedagogía que algunos llaman normalista, otros tradicional, otros clásica, otros liberal, dándole a estos conceptos una significación muy particular, por cierto. Su origen se ubicaría en la segunda mitad del s. XIX, cuando se comenzó a estructurar normativamente el sistema educativo argentino.
En segundo lugar, ya comenzado el siglo XX se van a sentir las influencias de la Escuela Nueva y los modelos pedagógicos inspirados en posiciones más empiristas, experimentalistas, y que privilegian lo metodológico, dando lugar a una pedagogía que algunas califican de activa, otros de vitalista, porque se insiste en consignas como “educar para la vida”, etc.. Si las primeras acentúan la actividad del que enseña, éstas privilegian la actividad del que aprende.
En tercer lugar, también con orígenes – entre nosotros – en la primera mitad del siglo XX, y extendiendo su influencia hasta hoy, se puede señalar la presencia de los modelos tecnicistas, con fuerte impronta de tendencias conductistas en sus presupuestos, donde los objetivos y las conductas observables, jugarán un papel fundamental, para la explicación del proceso de enseñanza-aprendizaje.
En cuarto lugar, ya con mayor presencia en la segunda mitad del siglo XX, la confluencia de las tendencias constructivistas y de las corrientes críticas de origen marxista, van promoviendo perspectivas pedagógicas que algunos denominan dialógicas, consensuales, comprensivas. Si las terceras acentúan los aspectos individualizantes éstas privilegian los aspectos colectivistas.
El siglo XXI nos encuentra con multiplicidad de perspectivas y, como suele suceder en la historia ante la falta de ideas esclarecedoras, comienzan a realizarse experiencias en algún sentido eclécticas (así aparecen modelos como “el de enlace”) o a proponerse caminos cuyos impulsores promueven como innovadores (caso de “la pedagogía de la reciprocidad”), y también comienzan a tallar las respuestas provenientes de la incorporación de las nuevas tecnologías como mediadoras en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Este somero – si se quiere – panorama nos enfrenta a una especie de “situacionismo pedagógico” con el que se encuentra quien decide iniciarse en el camino de la docencia, y que repercute fuertemente en las familias que - dicho vulgarmente“no saben para dónde agarrar” con la enseñanza de sus hijos y la relación con la escuela. Las consecuencias morales de este estado de la cuestión son – a mi juicio – graves.
Hasta donde quien esto escribe conoce y ha podido constatar, estas variadas perspectivas tienen en común el haberse nutrido de fundamentos filosóficos pedagógicos de la Europa moderna, a veces tamizada por el pragmatismo y otras corrientes emanadas de las usinas universitarias de mayor prestigio estadounidenses, y – en general – poseen el común denominador (claro está las de la segunda mitad del siglo XX a esta parte) de ser impulsadas desde la UNESCO. Estos – a mi juicio – defectos de origen, provocan la irrealidad con la que acometen los problemas de nuestras aulas, en la mayoría de los casos.
Otro común denominador es que no he podido encontrar en estas tendencias la fuente unificadora de todo acto educativo: el Amor. De hecho – repito, hasta donde yo conozco – no se habla de que enseñar y aprender es un acto de amor. Esta afirmación no significa, que las personas que sostienen estas variadas posiciones pedagógicas no se vean movidas amorosamente a educar; sino que no se encuentra en las proposiciones de los teóricos de éstas corrientes, tendencias, modelos, o como el lector quiera llamarlos, una afirmación del Amor como la raíz unificadora de la persona y su obrar, como el don plenificante de la apasionante tarea de educar y educarse, como aquello que encontrándose en el seno del corazón de todo hombre y mujer, le permite ver con los ojos del corazón.
Menos mal que, ese don gratuito que le ha sido dado a todo hombre y mujer, está presente cotidianamente en las aulas y se manifiesta en ese donarse, en esa entrega gratuita de sí mismas que se puede observar en muchas maestras y en muchos docentes; y que, en alguna medida, sostiene y salva del hundimiento total al cuestionado sistema educativo. Eso, también, es lo que ha llevado en nuestra historia a que muchos pensadores hayan “dado en la tecla”, sobre los problemas educativos; pero como ha sido una constante entre nosotros, “no han sido profetas en su tierra”.
Uno de los desafíos actuales es, pues, - a mi juicio - descorrer los velos, ser dócil al soplo del espíritu de Amor que anida en los corazones generosos, para que en medio de la noche descubramos una Luz. Pero esto requiere de otra entrada, donde el logos, el eros y el ágape nos ayuden a seguir pensando la educación.

lunes, 11 de febrero de 2008

El milagro educa

Corría el año 1903 en la Universidad de Lyon un joven médico se atrevía a citar, frente al decano de la Facultad de Medicina, el caso de uno de sus enfermos que se había curado milagrosamente de la tuberculosis concurriendo a Lourdes.
- "Si esa es su opinión - le contestó el decano - dificilmente puede usted esperar ser recibido como miembro de nuestra facultad".
- "Entonces - contestó el joven médico - tendré que continuar mi carrera en otro lugar".
Se dirigió a Nueva York, ingresó en el Instituto Rockefeller y en el año 1912 recibió el premio Nobel de Medicina, se trataba de Alexis Carrel. Otro converso, por lo que invitamos al lector a leer nuestra anterior entrada "Versión de la conversión".
Es que ahí está Lourdes, un lugar como tantos otros en el mundo, y por los que cabe decir ante el incrédulo: "Ven y verás".
Cada 11 de febrero coinciden en los enigmáticos pliegues de la historia tres acontecimientos de raíz europea, cada uno de los cuales jalona la historia de la humanidad, pero, ciertamente, que sólo uno la trasciende: el 11 de febrero de 1531 Enrique VIII es coronado como "Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra"; el 11 de febrero de 1650 muere Renato Descartes y el 11 de febrero de 1858 la Madre de Jesús la Virgen María Inmaculada decide manifestarse por primera vez en Lourdes. Sólo en los insondables designios de la Providencia está la causa de que en un mismo día coincidan una de las decisiones que más ha desgarrado el mundo cristiano, provocando su división; la muerte de uno de los pensadores que posibilitó que el racionalismo iniciara un proceso de corrupción cuyas consecuencias estamos viviendo hoy en día , y la manifestación del esplendor de La Mujer que con su Fiat cambió el curso de la historia.
¡¿Cómo no van a resonar en este día entre los ecos de las voces del pasado las contrastantes expresiones de los tres protagonistas?! : "Yo soy el Rey, Yo soy el Jefe Supremo", diría Enrique en su apasionada decisión. "Yo soy el que pienso, luego existo", diría Renato buscando edificar un edificio sobre el mas endeble de los cimientos. "Yo soy la esclava del Señor, hágase en mí según su voluntad", dice Nuestra Madre y da por el suelo con nuestros orgullos, nuestra soberbia, y abre las puertas de la historia al Rey de Reyes y a la Sabiduría que sorprende a los sabios en su propia astucia. (Cfr. I Cor. 1, 18-25 ; 3, 18-23).
¿Puede enseñarse el milagro? Parece estar en juego esta pregunta en el diálogo entre el Decano y Alexis Farrel. ¿Hay lugar para la enseñanza del milagro ? No cabe duda que éstos son interrogantes por lo menos mal planteados, porque el milagro está allí, nos sorprende, nos detiene y por eso nos ad-miramos. En todo caso estimo que nos corresponde como educadores pensar si somos capaces de ayudar a que los niños y jóvenes no se pierdan la oportunidad cuando el milagro se les manifieste. Si somos capaces de remover los obstáculos que dividen el saber hasta desintegrarlo en la confusión de lo efímero, y de superar el racionalismo que hiere la razón hasta hacerla desangrar, provocando anemias en nuestro entendimiento que - muchas veces - sólo un milagro cura.
En todo caso pienso que Lourdes está allí en el viejo Continente, como está Guadalupe en el nuestro, como un testimonio mas de la necesidad de unidad y de humilde obediencia a la que estamos llamados. Unidad y humildad dos conceptos que consideramos imprescindibles para sanar las heridas de nuestro sistema educativo.

martes, 5 de febrero de 2008

Una pareja homicida

No robarás. "En este precepto se prohibe todo lo que sea injustamente quitado" (1), afirma Santo Tomás de Aquino, y nos introduce en el análisis de cuatro modos posibles de robo:
1. Tomar ocultamente
2. Arrebatar violentamente
3. No pagar el salario
4. Hacer fraude en el comercio
5. Comprar dignidades
Enunciación que por sí sola, nos introduce plenamente en la realidad local,nacional y mundial, y quiere arrancarnos la expresión: "¡vivimos en medio de ladrones!"; pero recordamos que habiendo sido enviados como corderos en medio de lobos, caemos en la cuenta que no hay novedad en la enunciación. La novedad, en todo caso, estará dada por la culminación del tiempo que comienza mañana. Hasta tanto, sigamos analizando el robo.
Su gravedad es tal que no duda Santo Tomás en señalar que "...se asemeja este pecado al homicidio", y nos remite al libro del Eclesiástes: "Es la vida de los pobres el pan que necesitan; y es un hombre sanguinario cualquiera que se lo quite". En este orden de ideas es manifiesta la claridad de la expresión "cultura de la muerte", tantas veces utilizada para llamar nuestra atención - mediante una expresión paradojal - sobre el ambiente epocal que nos ha tocado en gracia vivir.
Mas, el mal es cobarde, nunca llega solo a nuestras vidas. Por eso será que en nuestros días el robo se pasea de forma donjuanesca de la mano de la mentira. Ésta "...puede suceder - continúa Santo Tomás - o bien en el juicio o bien en la locución común...". En el primer caso hay tres tipos de mentirosos:
1. Los que acusan falsamente
2. Los testigos que mienten
3. Los jueces que sentencian injustamente
En el segundo caso hay cinco tipos de mentirosos:
1. Los detractores
2. Los que gustosamente oyen a los detractores
3. Los chismosos
4. Los que aconsejan o adulan
5. Los murmuradores
Para no ser demasiado extenso me detengo brevemente en una de las razones que da el Aquinate - que son cuatro - para alertarnos de por qué acostumbrarnos a mentir es malo. La segunda de esas razones es "Por la disolución de la sociedad. Los hombres viven juntos - agrega- lo que no podría ser si no dijesen igualmente la verdad". Estamos aquí frente a otra característica descriptiva de la "cultura de la muerte": la disolución de los lazos sociales, desde los mas elementales que se forjan en la familia, hasta los mas complejos de la sociedad civil y política.
Releo los modos posibles de robo, el catálogo - tan actual ¿o diré perenne? - de mentirosos y se me descorren velos en el mundo de la enseñanza y el aprendizaje que dejan al descubierto prácticas que se asemejan al homicidio.
Pocos días atrás nos preguntábamos con otros padres y docentes ¿cuál es la mejor escuela - de las que tenemos a nuestro alcance -para nuestros hijos? Quizás sea una primera respuesta: aquella en la que te roben y mientan menos.
Por otro lado, como docentes, se nos plantea el desafío de formar en el amor a la verdad y en el rescate de nuestra convivencia basada en la amistad civil y en la fraternidad; el desafío de formar a los gobernantes de mañana. Pero eso ha de ser motivo de otra entrada. Bástenos citar que "El campo de la amistad...es el del desinterés, el desapego de los bienes materiales, la donación, la disponibilidad interior a las exigencias del otro. La amistad civil, así entendida, es la actuación mas auténtica del principio de fraternidad, que es inseparable de los de la libertad y de igualdad" (2).


(1) Cfr. para Santo Tomás, "De los preceptos de la Caridad y 10 Mandamientos de la ley", Edic. Descleé de Brouwer, Bs. As. 1947, pags. 74 a 82.
(2) Nª 390 CDSI, Edic CEA, Bs.As. 2005.