Tal vez resulte extraño lo que les voy a decir, pero, este es uno de esos momentos en que nos vemos tentados a decir: ¡y pensar que el camino recién comienza!. Al mirar a nuestros hijos que egresan del nivel inicial, a la vez de alegrarnos, miramos el horizonte, y la vista se nos pierde siguiendo todo el camino de educación sistemática que les queda por recorrer.
Los miramos y tomamos una vez mas conciencia que cada uno de nuestros hijos es un SER ÚNICO E IRREPETIBLE... y la experiencia de educarlos también lo es. Cada papá, cada mamá, cada abuelo o abuela, tío o maestra, sabe - por experiencia propia, por vivirlo "en carne propia" decimos - que "lo que nos sirvió" para educar a un hijo, a un niño o niña, las mas de las veces "no nos sirve" para educar a otro.
Tal vez por eso - y otras razones que no es dable en este momento expresar - pensamos que educar a nuestros niños no es tanto buscar "qué cosas le pueden servir para la vida", sino que EDUCAR A NUESTROS NIÑOS ES ESTAR AL SERVICIO DE NUESTROS NIÑOS. Cuando ellos nos ven ALEGRES SERVIDORES de los demás, es cuando mas aprenden.
¿Cómo les enseñamos a ser limpios? Lavándonos, lavándolos, lavando sus ropitas, limpiando los lugares donde juegan, con alegría...
¿Cómo les enseñamos a cuidar sus pertenencias ser ordenados y compartirlas? Si nos ven ordenados, cuidadosos y compartiendo con alegría...
¿Cómo les enseñamos a escuchar? Escuchándolos, estando atentos a ellos cuando nos hablan, que ellos se den cuenta que su palabra es mas importante que el televisor, la radio o la pantalla de la PC que están prendidos...
¿Cómo les enseñamos a cantar? Pues cantando alegremente con ellos...
Y así podríamos recorrer todos nuestros intentos de enseñanzas como padres y educadores, y nos daríamos cuenta que los vemos mas alegres y libres cuando en nuestras casas hay ciertas normas, ciertas reglas, ciertos límites, que se manifiestan para cuidar lo mas valioso: la vida de nuestros hijos. Ciertas reglas que todos hacemos el esfuerzo de respetar. Sólo a título de ejemplo, saludarnos al llegar, sentarnos bien a la mesa, hablar sin gritarnos... reglas o normas para que la casa no sea sólo el lugar donde dormir, sino que sea UN HOGAR donde el fuego del amor caliente aún en la noche mas fría y desabrigada.
Quienes hayan trabajado en el campo saben de las frías noches de invierno en un corral, o en el tambo donde se ordeña la lechera, por ejemplo. Corral le decimos nosotros, establo también se llama, sinónimos de PESEBRE. Un pesebre en el invierno de Belén: ¡qué frío!. Sin embargo cuando contemplamos un pesebre no sentimos frío.
En un pesebre hay pocas normas que cumplir, pero claras; en un pesebre hay afecto y deseos de servirse unos a otros lo mejor que se pueda, un pesebre muestra que la POBREZA de los excluídos "porque no había lugar para ellos ", se hace vida y esperanza; pobres con la esperanza de ser mejores...
Cuando como padres traemos nuestros hijos al Jardín, creo que lo hacemos con el deseo de que los maestros complementen algunos aspectos de la educación de nuestros hijos, que los vayan ayudando a SER MEJORES PERSONAS.
Y hoy, que terminamos este recorrido - además de emocionarnos un poquito - nos damos cuenta de lo que han cambiado nuestros hijos en estos años; lo que han logrado avanzar, lo que ahora hacen que antes no hacían. Sin embargo, lo mas importante no es eso; lo mas importante no es lo que se ve ( "es lo invisible a los ojos" diría Saint Exupery). Lo mas importante es lo que ellos han guardado en su corazón y en algún momento de sus vidas - que tal vez nosotros ni veamos - ellos verán florecer. Lo mas importante es lo que ellos SON.
Es en este momento, entonces, que nos damos cuenta que esto recién comienza y, al hacerlo, no podemos menos que agradecer a las personas que en el Jardín los han ayudado a dar esos primeros pasos en la educación escolar, porque esos pasos son los más difíciles de dar en la educación sistemática, como cuando comenzamos a caminar.
Seguramente ni ellos, ni nosotros, olvidaremos los brazos de las señoritas que los estrecharon en un abrazo al recibirlos; y la mano que dio seguridad a sus manitos para aprender a cruzar la calle mirando para los costados. Seguramente cada uno de ellos guardará en su memoria y en su imaginación aquel cuento que mas les gustó, aquella canción que aprendió, aquel garabato que un día le regaló a su señorita; aquel paseo con el que comenzó a mirar el barrio y la ciudad para descubrir cosas nuevas. Algún día recordarán con afecto cómo aprendieron a descubrir las letras y diferenciarlas de los números, para poder armar las palabras...y entonces recordarán cómo fueron descubriendo las palabras mas importantes: papá, mamá, abuelos, hermanos, Azul, Buenos Aires, Argentina, y tantas otras... pero entre todas ellas ocuparán un lugar muy especial aquellas que dicen JARDÍN Nª 908 MANUEL JOAQUÍN DEL CORAZÓN DE JESÚS BELGRANO, porque cuando escriban ,ya grandes, esas palabras, o las hagan pasar por su corazón, las recuerden, entonces evocarán la palabra mas importante de todas : AMOR...
Tal vez entonces, sientan el deseo de armar un pesebre en su casa y poner junto a los pastores que llevan las ovejas a ver al Niño Jesús, a una señorita del Jardín que lleva a los niños y niñas para que vivan el calor del Hogar mas importante de la historia.
GRACIAS a todo el personal del Jardín por ayudarnos a educar a nuestros hijos.
Palabras que preparamos con mi esposa María Inés, y que ella leyó en nombre de las familias de los egresados del turno mañana del Jardín de Infantes Nª 908 Manuel Belgrano, de Azul, sito en calles Falucho entre Lavalle y Castellar, el día 14 de dicembre de 2007.-
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