Surco de agua y de esperanza
hay un pampa en tus orillas
que, con mirada sencilla
te nombró: Callvú Leovú.
Se acerca a vos el ñandú
pa' beberse la llanura;
y está acodado en la altura
del mangrullo, un centinela...
Quejas saca a su vigüela
y azulea tu hermosura.
Él busca en vos los ojos
que ayer, por su amor, lloraron,
y en tus orillas dejaron
una postrera sonrisa...
Cuando ya la ténue brisa
de un ocaso enrojecido
hace volver a sus nidos
al hornero y al gorrión,
vuelve a vos el corazón
a buscar su amor perdido.
Ya lo cobijan tus sauces,
y al arrullarlo tu andar
cree volver a escuchar
una caballada al paso...
Una tropa es un pedazo
de pampa que se desplaza...
Y en el silencio que abraza
la noche que ya se asoma,
se puede oír, tras la loma,
el crepitar de las brasas.
Y en el latir inconstante
del fuego que se ve arder,
está ardiendo un querer,
eco de ¡Adios! fortinero...
Mañana en el entrevero
de lanzas, sable y sudor
ha de sangrar el amor
porque ha de sangrar la pampa...
Misterios de recia estampa
raíces de Azul Nación.
Mas, cuando vuelva la noche,
a escamotearte la luz,
sentirás Callvú Leovú
que tu seno fecundiza.
Azul, naciste de prisa,
el pampero fue tu viento;
fertilizó tus cimientos
la sangre pampa y cristiana,
la Cruz del Sur fue la dama
que signó tu firmamento.
Lo escribí alguna noche de la década del 80 del siglo pasado, quedó sin fecha, casi como la fundación de Azul, habrá que inventarle una. Es mi aporte en este 16 de dicembre en el que celebramos el 176 Aniversario de la fecha acordada en la que se habría fundado Azul.
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