Un sitio para ayudar a pensar la educación desde Azul, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Cada entrada es una invitación para peregrinar en la búsqueda de horizontes de cara al Sol.
sábado, 24 de noviembre de 2007
No entiendo
martes, 20 de noviembre de 2007
La escuela y la soberanía

jueves, 15 de noviembre de 2007
La fortaleza del ser docente
San Alberto Magno
martes, 13 de noviembre de 2007
Vuela corazón docente
lunes, 12 de noviembre de 2007
La palabra y la amistad del ser docente
"Pues que de todos los bienes,
en mi ignorancia lo infiero,
que le dio al hombre altanero
su Divina Majestad,
la palabra es el primero,
el segundo es la amistad"
Así pues, agradezco el honor que se me ha conferido de expresar en palabras algo de lo que que éste momento puede significar, y algunos de los sentimientos que a todos nos afectan en circunstancias como estas. Mas, creo no equivocarme, si coincido con aquellos que aseguran que hoy estamos cansados de palabras. Es por eso que tomé la decisión de comenzar con este pequeño gesto: ahora todos tenemos entre manos una semilla, granos de maíz. Vegetal de nuestra América cuya importancia cultural no debemos desconocer. No es que vayamos a realizar ninguna ceremonia interpretativa, de esas que son propias de algunas comunidades ndígenas del continente - además algunas de esas ceremonias exigen danzar con largas cabelleras, situación que me excluiría, ciertamente, de participar en el acto. (risas). No, no es para esto. La semilla de maíz es un punto de partida.
Si esta semilla recibe el cuidado necesario: sol, agua, tierra adecuada, desmalezamiento, etc., etc., podemos inferir que alcanzará a ser una planta de maíz: alcanzará el fin de su propia naturaleza. Será lo que está llamada a ser.
Ahora les pido, por favor, hagan el esfuerzo de analogar esa semilla que tienen en sus manos, y el título que ustedes han alcanzado en ésta casa de estudios: si recibe el cuidado mínimo necesario, podemos inferir que alcanzarán a ser Profesores y Guías y Técnicos en Turismo - según el caso -, alcanzarán el fin, no que les viene dado por naturaleza, sino que ustedes libremente se propusieron. A diferencia de la semilla - cuyo fin le viene impuesto-, ustedes eligieron ser profesores y guías de turismo, y eso los hace sujetos de derechos y deberes especiales inherentes a la labor, al arte, a la profesión, que ejercerán. De allí que serán lo que deban ser o si no no serán nada.
Y aunque las leyes de la oratoria dispongan que en circunstancias como estas nos detengamos en el recuerdo de los momentos vividos, hoy estimo necesario buscar los intersticios de esas normas, porque el presente y lo que nos espera, nos urge y nos exige más aún, que lo que nos precedió. Esto no significa desconocer los sacrificios y desvelos de los que hicieron posible que hoy nosotros estemos aquí: desde la lucha cotidiana de los que trabajaron incansablemente para la constitución de nuestro Instituto de Enseñanza Superior, hasta los desvelos de quienes lo sostienen diariamente en medio de las dificultades y conflictos. Tampoco,ciertamente, nos olvidamos de la sangre derramada por tantos docentes de las generaciones precedentes que dieron su vida para que nosotros vivamos en la Argentina y en la provincia de Buenos Aires que nos concede el honor de formar a sus jóvenes.
sábado, 10 de noviembre de 2007
Ceferino Manuel Namuncurá

Ceferino Manuel Namuncurá es beatificado este 11 de noviembre de 2007.Después que los Argentinos terminamos de celebrar el día de la Tradición le abrimos la puerta al Sol de la Beatificación del Lirio de las Pampas. Ceferino nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay, a orillas del río Negro, departamento de Choele—Choel, provincia de Río Negro, en la República Argentina, y en su tierra natal es beatificado. Su padre fue el cacique Manuel Namuncurá y su madre fue Rosario Burgos, nacida en Chile. Su madre lleva el mismo apellido del fundador de nuestra ciudad de Azul, el Coronel Don Pedro Burgos.
Tiempo después, siendo alumno del colegio salesiano “Pío IX’ de Buenos Aires, recibe el Sacramento de la Confirmación en la iglesia parroquial de San Carlos, el 5 de noviembre de 1899 de manos de Monseñor Gregorio Romero.
En la persona joven de aquel varón de virtudes originarias, la gracia sacramental forjó la personalidad arquetípica, que trasunta la mirada de los retratos que nos han quedado. La profundidad de su mirar con hondura la realidad de su pueblo que le quedaba distante, redime su corazón dolorido con el sufrimiento corporal que ofrecido en cruz, se manifiesta en la serena y sobrenatural esperanza de los labios que guardan, en el silencio orante, las palabras que se manifiestan en sus obras. No hay desorden en el rostro serenamente serio que conserva el color y el brillo de la piel curtida por el viento patagónico, que ya es espejo para el pueblo argentino.
Ceferino:Maestro de virtudes originarias, humilde servidor que desde el dolor del despojo te nos ofreces para devolvernos el rostro de lo que debemos ser para no ser nada, vos que bebiste en la fuente de la educación del Padre Don Bosco, sé para todos los educadores de Azul arquetipo en el que encontremos el patrimonio cultural heredado que debemos acrecentar para las generaciones que nos sucedan.