domingo, 6 de enero de 2008

7 lecturas de verano

Hay lecturas que se me manifiestan indispensables en verano. Comparto con muchas personas el gozo de la experiencia de leer, acompañado del dolor de ver a tantos contemporáneos nuestros privados de esta personificante acción. El hogar en el que nací - padre obrero, madre ama de casa - me inició en la alegría vital de las lecturas. Los demás ámbitos que la vida me ha regalado, permitieron que aquellas primeras semillas dieran frutos. Cada verano, cosecho lecturas, el rinde es variado.

Sin embargo, año tras año, voy descubriendo que el tiempo de vacaciones me inicia una y otra vez en lecturas que se hacen presentes a la luz de las estivales mañanas azuleñas, al calor de las variables tardes, o al atardecer, o en las noches bañadas con las estrellas que pretenden imitar el Azul de mi ciudad. He aquí algunas de ellas:

Hay una primera lectura que se manifiesta en cada verano y que es de origen griego,podríamos decir. Responde a la invitación recogida y difundida por Sócrates: conócete e tí mismo. Leo y releo una y otra vez fragmentos de esta vida emprestada que, claro está, no se entiende leyéndome sólo a mi mismo...

Una segunda lectura que está presente en cada verano llega como una especie de invitación para indagar en el pasado común. Se la podría calificar de histórica, pero debo pedir flexibilidad al lector en el significado de éste adjetivo. Selecciono, a veces secciono, tiempos de nuestra América y voy al encuentro de algún autor que me lleve a pasear y conocer las personas, sus obras, los efectos de sus obras; ese apasionante encuentro con la cultura en la que nos ha sido dado nacer... y, claro está, nuestra propia cultura no se entiende leyéndola sólo a ella misma...

La tercera lectura es de caracter poético. Un verano sin poesía no es tal en Azul. Es mas, no hay en el mundo verano sin poesía. Cada año es necesario cruzar el puente hacia la isla de los poetas...

El cuarto lugar lo ocupan las lecturas que me exigen esfuerzo y a veces me hacen leer una y otra vez los párrafos buscando una comprensión que, muchas veces se muestra esquiva, y otras veces me hace caer vencido pues el autor ha llegado a lugares donde mi capacidad no alcanza... pero ese esfuerzo me ejercita para el resto del año. Me plantea interrogantes, pone a prueba mis presupuestos, me ejercita en la argumentación...son lecturas que se me ofrecen desde la filosofía, en ensayos de pensadores actuales o de otras edades históricas... En este rubro es muy común que en cada verano aparezca alguna lectura repetida... en realidad, propiamente hablando, debo expresar que aparece alguna obra repetida, volver a leerla no es repetir una lectura...

La quinta "especie" de lectura son las impensadas. Las que me sorprenden en el andar estival y suelen llegar de la mano de algún libro que me ha sido regalado, ciertamente el regalo que mas aprecio. O, en ocasiones, descubro alguna obra revolviendo escaparates de librerías o en la red... a veces son lecturas que llegan por la sugerencia de algún amigo o colega o consejero...

Ocupan el sexto lugar, en esta arbitraria enumeración, las lecturas cotidianas. Las que nos permiten estar mas o menos al tanto de lo que sucede a diario y que se nos ofrecen generalmente en formato de in-formación y nos exigen el esfuerzo de agudizar nuestro sentido crítico, para que no se conviertan en recurso para nuestra propia de-formación...
Dejo para el séptimo lugar, las lecturas en las que busco la luz para poder realizar las demas...
Las que ocupan este séptimo lugar emanan de la misma fuente y son las que inmerecida y gratuitamente recibimos. Son las que se viven como un don que exige respuesta... son las que mas me ponen a prueba en el amor... son las que exigen la mirada del corazón para poder ser leídas, aquella de la que los teólogos medievales decían "ubi amor, ibi oculus"... son las que exigen un corazón que ve...
En cada verano hay otras lecturas, pero estas siete seguro que no están ausentes...
Tal vez compartas vos también alguna de estas "lecturas" y quieras comentármelo, entre tanto me voy a leer...

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